MÚLTIPLES MÁSCARAS


De seguro has visto o eres uno de ellos, ¿Quiénes?

 Sabes, todos muchas veces entramos en ese estado o múltiples estados, siempre somos así, los típicos que decimos: “no, no me importa lo que las personas digan de mí o yo soy auténtico y nada más” pero no nos damos cuenta que nos mentimos a nosotros mismos, muchas veces porque utilizamos máscaras, escondiéndonos de quienes verdaderamente somos, dando un perfil que no somos y casi siempre es porque tenemos el temor de no agradar a los demás, ese podría ser uno de muchos factores que nos hacen  llegar a eso.

Una de las primeras máscaras es donde somos agradables, intentando ser simpáticos con una falsa humildad esperando agradar, puede que lo hagamos por la sociedad o por que necesitamos que determinada persona nos vea bien.

Por su parte la máscara de la frialdad es esa donde somos crueles, fingiendo que no pasa nada, que no sentimos nada cuando nos lastiman y hieren nuestros sentimientos, pero seamos sinceros, aunque nos empeñemos en ser fríos, somos más vulnerables a sentir y llevamos la sensibilidad y la empatía a flor de piel.

La máscara de los que siempre sonreímos, y hasta llega un momento donde dicen que rayamos en la ridiculez porque reímos sin parar y muchas veces de algo que ni fue gracioso, pero somos de esas personas que sonreímos falsamente y por dentro queremos llorar sin parar.

También la máscara de los que vamos enojados por la vida, nunca podemos ceder una sonrisa, nuestra debilidad más grande es alejarnos de todos haciendo que nuestra autoestima sea vulnerable, porque lo que más anhelamos es compañía.

Usamos tantas máscaras, la del trabajo, la de los amigos, la de los enemigos, la de los familiares lejanos, la de los vecinos, la que usamos con nuestros padres; Y esa mascara es muy especial, porque siempre somos lo que ellos quieren, pero sabemos que en otros ambientes somos diferentes.

Usamos múltiples máscaras cuando alguien nos gusta, siendo tan falsos, le vendemos la idea de que somos esa persona ideal, mostrándonos irreales y fantásticos, salidos de un cuento de hadas, pero con el pasar de los días nos cansamos de ser lo que no somos, y terminamos por mostrar lo que en realidad somos destruyendo en el camino a la persona “amada”  y a nosotros mismos.

La máscara donde somos sabios y donde pensamos que somos perfectos pero nada de eso es verdad, en realidad tememos demostrar que nos equivocamos muchas veces, más de lo que quisiéramos.

Y es probable que un día esas máscaras se caigan y la decepción de ver una mentira será más dolorosa, al notar que ni nosotros mismos sabemos quiénes somos en realidad.
Es tan normal para nosotros utilizar máscaras, que ya ni notamos cuando hemos perdido la noción de quién en realidad somos, nos menospreciamos y no queremos que los demás vean nuestro verdadero yo.

¿Sabes? Eres una persona especial e irrepetible y en este planeta se necesita que aportes ese granito que hace la diferencia,  si insistes en mostrarle al mundo alguien que no eres, nos vetas el derecho de conocer alguien único y maravilloso.
¿Te has identificado con alguna máscara? ¿Qué máscara le muestras al mundo? ¿Cuántas personas se muestran como realmente son? No te desgastes más, sé autentico. “Gánate el respeto de los demás, teniendo la osadía de ser tú mismo”. 



Comentarios

Entradas más populares de este blog

MIL PREGUNTAS

La ruptura